viernes, 6 de junio de 2008

El cultivo de ranas o "ranicultura"

El cultivo de ranas o "ranicultura" se inserta dentro del contexto general de la acuicultura, término que se refiere a la actividad que abarca el cultivo de organismos acuáticos, sean de origen vegetal o animal.Cultivo de la rana toro (rana catesbeiana), especie que ofrece mayor respuesta actualmente en cuanto a crecimiento en cautiverio, trata justamente de un cultivo de carácter "superintensivo", ya que mientras el preengorde se realiza a una densidad que puede variar entre 150-300 ranitas/metro cuadrado o más, según algunos productores (promedio de 30-40 g al inicio), el engorde final hasta el peso requerido comercialmente (180 g promedio faenado) es logrado con densidades de 80 individuos/metro cuadrado, pudiendo realizarse en cualquiera de los tres sistemas más empleados en este tipo de cultivo:

a) corral semiseco, con pileta
b) corral totalmente inundado
c)cajas, boxes (también denominadas bandejas) con área seca y área acuática


En todos ellos, el agua deberá ser circulante para su recambio en mayor o menor grado, dependiendo de la densidad de animales que se coloquen y del tipo de sistema empleado. De no utilizarse un sistema de cultivo superintensivo, la rentabilidad es nula. Se debe tener en cuenta, que en ranicultura, el cultivo trata de "animales totalmente distintos dentro del ciclo": renacuajo, imago, rana; para alcanzar el estadio final de rana, se pasa a través de una "metamorfosis", en la que un animal herbívoro (renacuajo) con alimentación vegetariana, largo intestino, que respira por branquias (captando el oxígenodisuelto en el agua), se pasa a un animal (rana) de hábitos totalmente carnívoros.

En ranicultura, las mayores pérdidas naturales, o por mal manejo de las fases o sistemas, o por mala nutrición, se obtienen a partir del inicio de incubación de los desoves ya fertilizados, hasta la obtención de los imagos (inmediatamente luego de la metamorfosis) y, especialmente, al comienzo de la alimentación de estos últimos (el imago debe aprender a ingerir alimentos, pues luego de la metamorfosis recién finalizada, carece aún de boca formada para ingestión). La tasa de mortalidad durante la fase del ciclo que abarca el preengorde y engorde puede alcanzar a menos de 40%, según datos de productores de la Asociación Argentina de Ranicultores. Estas pérdidas se disminuirán con el aprendizaje diario y los cuidados aportados.

Cuando se cultivan ranas desde el peso de 30 g promedio, hasta el de 200 gramos (a la faena), existirá un porcentaje bajo del total de individuos que participarán de la llamada "cabeza de lote" (los primeros en alcanzar peso de faena). Ellos mostrarán un crecimiento más alto y, por lo tanto, una salida más rápida al mercado consumidor. Inmediatamente por detrás, se mostrará el grupo más amplio que ocupará el centro del lote (conocido como "media"); y luego, un grupo pequeño, situado a la cola, que no alcanza o no alcanzará nunca en forma rentable el peso de faena estimado previamente, durante el período analizado ("cola de lote").

En ranicultura, así como en otros cultivos acuáticos, la incidencia en el costo, derivado del alimento ración empleado, es alta (entre 50% y 60% del costo operativo de la producción), y con más razón para un sistema de cultivo superintensivo. El ítem correspondiente a la mano de obra se ubica en segundo lugar, porque deberá estar en sintonía con el correcto gerenciamiento de la producción y porque casi no existe mecanización alguna posible, por el momento (sólo 1 ranario en la Argentina lo está intentando con éxito). Mantenimiento El resto de los costos operativos, correspondiente al mantenimiento (como la energía para el bombeo del agua; la correspondiente a la climatización del ambiente o del agua; la producción de alimento vivo si correspondiere (o el costo del alimento flotante; así como otros ítems), constituye un porcentaje menor comparado con los anteriormente señalados.

Este mercado solicita producto (existe demanda actual), siempre y cuando la oferta sea de excelente calidad, con packaging sencillo pero bueno, seriedad sanitaria, mantenimiento de cadena de frío y continuidad de oferta. Este último punto es de suma importancia y deberá ser respondido por el productor. La continuidad en el abastecimiento al mercado es imprescindible. Especialmente en la ciudad de Buenos Aires, se puede apuntar a un volumen de cerca de 10 a 20 kilos/semana o más, en la actualidad.

La infraestructura necesaria para cumplir estas premisas está lejos de ser alcanzada por el productor solitario y artesanal, ya que este último se verá obligado a comercializar su producción en forma local y discontinua, dependiendo, además, en este caso, de la competencia proveniente de la rana de pesca o caza, especialmente en aquellas zonas donde tal actividad es normal y tradicional.

Para mayor informaciòn http://bioemprendimientos.blogspot.com/2008/06/cra-rentable-de-ranas.html

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